18.1.13

La semana del viento.

EL NARRADOR

¡Oh, Eolo, Dios del viento, dame la fuerza necesaria para llevarme en volandas por entre las palabras! Y es que esta semana las malas noticias revoloteaban entre la actualidad y consigue que con el viento que corría por el barranc del Carraixet la mente se elevara por el aire en busca de mundo imaginarios en los que uno se olvida de la cruda realidad. (también conseguía desnudar calvas de peluquines mal pegados, eso también)
Y es ahí donde aparece un personaje externo a la historia, temporalmente hablando, el narrador, que es como un señor con voz de tener una cálida chimenea detrás, una taza de té humeante y un poco de barba contando relatos con una tranquilidad lejana a la velocidad con la que consumimos imágenes y sonidos. Ese tipo de persona con la que no miramos los segundos del reloj y hace bailar las palabras poniéndolas en esa calle que antaño tenia tiendas y comercios recién pintados y donde la gente estaba en los portales hablando sin prisa, sin que haya personas mirando pantallitas mientras les pasea el perro o fumando sus cigarros rápido porque hace frio...
El Narrador es un hombre que aunque verbalmente no ejercite su dicción (aún a pesar del chiste de Peter Griffin en el que relata todo lo que pasa y es muy pesado y es todo muy de risa) mira lo que sucede a su alrededor con elegancia y asume su impotencia ante los dramas, algo así como aquellos que observan las miserias que nos dejan los políticos (vamos a trincar, porque yo no soy tonto) y piensa que esta democracia es como el metro que retrasa su llegada sin que tu prisa pueda hacer nada. El Narrador es del pueblo aquellos que no están del todo narcotizados por el ocio que nos embuten como a morcillas y por su vida como la única del universo y observa las cosas desde fuera, que es a donde inexorablemente nos fuerzan a ir.
Pero no es este un sitio donde sermonear y dar hostias, para eso tenemos a los ultras del futbol en los entrenamientos de su equipo en horas bajas; el narrador sabe que hay otros narradores que cuentan la película de otra manera y su misión es juntarse bajo otra chimenea calentita y una buena botella de vino y dialogar (ojo, dialogar, no hacer dos monólogos) sobre las cosas en la que no se ponen de acuerdo, y ¿porqué? si todo el mundo hoy hablar categóricamente de su razón y la manifiesta en redes sociales, foros y demás.
Si nos están haciendo creer que con feisbuc tenemos muchos amigos, que con tuiter decimos frases "muy" ingeniosas y que con instagram somos grandes fotógrafos. (que hablar con ironía es síntoma de inteligencia, gracias House).
Yo prefiero pensar que el narrador (un hombre sin peluquín) se hace el desayuno con una inocente canción de los 70 medio silbando y sabe que vale más una conversación en persona, un recuerdo bien contado, una canción en directo y que la cultura sigue siendo el botiquín mas efectivo del que disponemos para patinar entre las trampas que nos pone esta manera que estamos construyendo de vivir... Nchs! ya me lleva el viento a los remolinos de la reflexión monacal, perdonarme, son tiempos difíciles para la risa. Por suerte...
-Cariño, dime un piropo...
-Me recuerdas a los cerdos del Angry Birds, amor.
-Joder, ¿y eso es un piropo?
-Hombre, eso significa que te reventaría a pollazos...

Leído en Facebook. Marca registrada, nos cagamos en tu privacidad, pero si no la usas no molas...
Hasta la semana que viene.
Aqui os dejo un audio de mi época en la UPV Radio, un tema de Odissey llamado Going Back To My Roots mezclado con sonidos de tráfico en la ciudad. Espero que os guste!