6.11.17

Los Dibujos no son para los Adultos

Es un hecho. Los Simpsons han dejado de emitirse a la hora de comer en "Cangrena3" como diría un colega mio. Y de alguna manera y a pesar de haber aguantado casi tres décadas entre las modas de los chavales, es un hecho que aunque se continúe emitiendo, solo unos cuantos seguiremos sus aventuras por sus maravillosas cabeceras o sus referencias al cine.

Pero fueron a finales de los 80 los primeros en plantear una animación con un trasfondo adulto, debido a su estructura de sit-com familiar. Una de las ideas de los Simpsons era hacerlos con personajes reales, pero su gran éxito fue precisamente renovar el género a través de historias con mensajes a dos velocidades, unos chistes para los jóvenes y otro para los adultos, aunque a veces entre en la moralina, aun así yo los quiero igual.

Desde entonces la veda se abrió y los 90 y la MTV trajeron a Beavies and Butthead, South Park, Vaca y Pollo, Futurama y Padre de Familia, y unas cuantas más (hablo siempre de lo que creo que caló en España), reajustados por la industria que veía series de animación adultas como un nicho de mercado rápido. Pero aquí se generó confusión, la gran masa, en general, cuando ve colores en movimiento en la pantalla, asimila que eso es para chiquillos o adolescentes inmaduros. El cine tardó un poco más y se fue ajustando poco a poco, como Shrek o Inside Out, por poner algunos ejemplos, pero sigue persistiendo la idea de ir al cine a ver una de animación como algo para la familia.

¿Qué ha pasado? Pues que en global la industria de la animación (siempre con el prisma de espectador) se ha sofisticado, como lo ha hecho el cómic, y las series en general, porque el formato televisivo ha cambiado y porque los estímulos visuales han aumentado gracias a la tecnología, y el espectador que busca quiere cosas más elaboradas, las generaciones crecen y consumen una gran cantidad de imágenes en internet que nosotros los veteranos no teníamos, teníamos otras cosas eso sí.

Las plataformas de pago e Internet presentan a más gente que antes productos para un perfil muy concreto, y lo que tiene éxito se expande sin que la televisión pueda hacer nada, porque está actualmente en coma. Y punto, no hay nada como disfrutar de contenidos que tú mismo buscas. Y entre las series de animación que están dando gloria (a parte del anime japonés, con Deathnote y otras joyazas que están en otro universo, no tan occidental) a mi me encantan Rick & Morty que muchos empiezan a conocer fuera del circulo de fans de la ciencia ficción y Bojack Horseman que es una recomendación de un amigo y que es totalmente adulta. Rick & Morty es la velocidad en el gag y el absurdo de las situaciones intergalácticas imposibles; Bojack Horseman es la inmersión en el mundo de las emociones desde la apatía que produce la sociedad de consumo. Dos maravillas (entre otras muchas) que empiezan a establecer un diálogo para adultos que no ven en los dibujos un entretenimiento superfluo. Mientras algunas películas se infantilizan para que vaya más público a verlas, otras de aspecto más inocente contienen conceptos de pedagogía, de psicología, de arte, de filosofía e incluso de economía.