3.5.13

Periodista Deportivo II.






Periodista Deportivo II

Se hace de noche cada vez más pronto. Gracias a la tele de pago, entramos a las 11 y salimos de madrugada, otra jornada maratoniana delante del ordenador apuntando estadísticas. ¿De verdad alguien va a mirar si el mediocentro defensivo acertó 10 de 35 pases?
En la puerta de las oficinas, sacamos los cigarros sincronizadamente como si tirásemos el fuera de juego y obramos el prehistórico milagro del fuego ofrendándonos mutuamente como monos. Hay algunos que ya llevan las llaves en el bolsillo, otros simplemente saben que una copa va a caer seguro.  Yo debería irme a casa.
El jefe hoy no tiene ganas de irse, que tendrá en casa liado para no querer aparecer por allí en todo el día.
-Te pido una cerveza que tienes cara.
+¿Tengo cara? ¿Cara de qué?
-De querer contarme algo, socio, estas últimamente menos alegre, motivado…
+No, no, estoy bien. Como se va a fusionar la empresa no sé si va a pasar algo o…
-Tranquilo, está en mi contrato, si no estáis todos, no renuevo. Antes se van los tertulianos de las tardes que deportes.
+Habrá que celebrar que a la gente le guste el futbol entonces…
Poco a poco se fueron todos los demás, el jefe estaba en esos días en los que se le puede pedir un aumento, el que realmente necesitaba hablar era él. Siempre que nos quedábamos así, le decía lo del sueldo. Y siempre la misma historia: “Lo tendré que consultar con mi abogado…”
“¿Qué abogado? El que tengo aquí colgado” y se tocaba el paquete.
En el fondo era el chiste evasor, gracioso pero agresivo, parecía decir, por mis cojones te tengo cogido, pringao! Sin mí, tú no serías nadie en deportes.
Termino la noche, taxi y a la cama. Pero, siempre hay un pero, de camino a mi casa, con los barrenderos extendiendo los vidrios rotos del suelo con el agua de la manguera, y el amanecer frio de fondo, piensas borradores de ideas que no te dejan en paz. Dejarlo, ir a otro entorno periodístico, dar clases, escribir, reciclarse, divorciarse. El amanecer de los valientes, espera a meterte en la cama y verás como ya no eres tan gallito en horizontal y con el vals de las olas…
El cansancio como delegado deportivo de la Cordura C.F. le reclamaba al cuarto árbitro mi camino hacia tierras de Morfeo, mientras que el juvenil talentoso me exigía su parcela de poder para desarrollar su Arte y dejar volar a Imaginación Deportiva Bonaerense. En el delirio a veces el preso grita la verdad. Tengo que hacer algo. ¡Algo! Cerrar los ojos tanto tiempo no debe de ser bueno. ¿Y esta tiarrona? Mierda ya estoy soñando. Mañana es lunes.

CONTINUARÁ...