El 24 de Octubre muchísima gente salió a la calle (otra vez)
para decirle a la clase política que la educación pública es más
importante que sus pseudo-políticas de rápida rentabilidad. Otra
gente no pudo ir, y otra ni se enteró.
¡Señores, que van a poner clases de economía a los niños,
señoras, que ellos van a elegir a dedo los directores de los
colegios, caballeros, que van a puntuar a los colegios por
rentabilidad, tia, que las reformas educativas las hacen para tener
una sociedad más productiva y no para tener una sociedad con
conocimiento y cultura, compadre, recortan las becas, pero no
corrigen las ayudas de comedor, haciendo que emigrantes y currantes
se quieran matar, prima, que desprecian la rica lingüística del
país, colega, que no van a sustituir las bajas de los profesores,
porque dicen que sobran 20.000 profesores en España! Lo que sobran
son políticos y asesores, y muchos más de 20.000.
Como la patraña de reforma anterior que hizo el PSOE. Hoy es
Wert, pero ayer fueron otros igual de negligentes (solo son los cabeza
de turco, pero miren, miren que cuadrilla de incompetentes: Mayor
Zaragoza, Rubalcaba, Rajoy, Solana, Esperanza Aguirre, Suarez
Pertierra, Pilar del Castillo, MªJesus San Segundo, Mercedes Cabrera
y Angel Gabilondo). Y me dejo algún que otro ministro (Maravall) que era Catedrático
y sociólogo; igual de preparado que los de ahora, incido con ironía.
Los efectos de una mala educación ya se ven en comentarios como:
"quien quiera una educación buena, que se la pague" o esta
otra de "yo porque tengo que pagar con mis impuestos una
educación para todos, sino tengo hijos" una muy descorazonadora
como "los profesores viven como reyes y tienen muchas
vacaciones" amén de la clásica "en clase no les enseñan
nada, ya me dirás para que sirve saber hacer raíces cuadradas"...
Frases aparte, yo puedo decir que desde que era chaval ya veía
errores en el sistema educativo, el fracaso escolar, la falta de
material, sistema de becas, precariedad en los institutos, falta de
motivación en el profesorado... lo más práctico era no quejarse y
aprovecharse de los errores del sistema. Ahora soy un licenciado más
en busca de seriedad profesional y prosperidad fuera del país. He
sobrevivido a varias reformas educativas y he disfrutado de becas, y
después de la licenciatura decidí no estudiar más. La titulitis se
ha comido la experiencia laboral. Y ahora veo que quizás, con los
recortes, la gente quiera cuidar la educación un poco más.
Ahora con exceso de licenciados y diplomados, solo haciendo un
master y encareciendo las matriculas pueden regular una sociedad
sobre titulada, olvidada la FP (módulos o grados) ahora todos a
estudiar algo con futuro laboral, que en este país esta en el sector
servicios.
Colegios ricos para niños ricos, y colegios mugrientos para
pobres, estudios superiores para ricos, módulos para pobres,
reajustando el mercado. Porque cuando un gobierno piensa en el
sistema educativo solo ve a un numero de futuros votantes que en un futuro
habrá que poner a trabajar, y que puedan cotizar y ser rentables
para el pais, mientras ellos gobiernen. Después, bueno, después un
amigo los coloca de asesor en una gran empresa y a jubilarse.
Ellos están totalmente incapacitados para gestionar el sistema
educativo de un país, igual que el sanitario, pero eso otro día.
Ellos dicen que la oposición dirige las protestas, pero cuando
cambia el gobierno, se cargan todo lo que han proyectado los otros y
luego se jactan de su patriotismo.
La educación no solo sirve
para preparar a la gente para su inserción en el mundo laboral, je.
La educación es fundamental para que las personas adquieran
conocimientos que les sirvan para entender el mundo en el que vivimos
y reducir el numero de padres tarugos o tener las herramientas
necesarias para solucionar por nosotros mismos los problemas que se
tienen en la vida, gobernar borregos es más fácil que gobernar
a personas que piensen, pero también cuesta más dinero cuando el paro
juvenil supera el 55% o gente de 50 años ya no va a volver a encontrar trabajo y deja de cotizar para poder comer.
Como dijo alguien: Si el estado no puede
prometer bienestar, no sirve para nada.