25.10.13

Educa.

El 24 de Octubre muchísima gente salió a la calle (otra vez) para decirle a la clase política que la educación pública es más importante que sus pseudo-políticas de rápida rentabilidad. Otra gente no pudo ir, y otra ni se enteró.


¡Señores, que van a poner clases de economía a los niños, señoras, que ellos van a elegir a dedo los directores de los colegios, caballeros, que van a puntuar a los colegios por rentabilidad, tia, que las reformas educativas las hacen para tener una sociedad más productiva y no para tener una sociedad con conocimiento y cultura, compadre, recortan las becas, pero no corrigen las ayudas de comedor, haciendo que emigrantes y currantes se quieran matar, prima, que desprecian la rica lingüística del país, colega, que no van a sustituir las bajas de los profesores, porque dicen que sobran 20.000 profesores en España! Lo que sobran son políticos y asesores, y muchos más de 20.000.
Como la patraña de reforma anterior que hizo el PSOE. Hoy es Wert, pero ayer fueron otros igual de negligentes (solo son los cabeza de turco, pero miren, miren que cuadrilla de incompetentes: Mayor Zaragoza, Rubalcaba, Rajoy, Solana, Esperanza Aguirre, Suarez Pertierra, Pilar del Castillo, MªJesus San Segundo, Mercedes Cabrera y Angel Gabilondo). Y me dejo algún que otro ministro (Maravall) que era Catedrático y sociólogo; igual de preparado que los de ahora, incido con ironía.


Los efectos de una mala educación ya se ven en comentarios como: "quien quiera una educación buena, que se la pague" o esta otra de "yo porque tengo que pagar con mis impuestos una educación para todos, sino tengo hijos" una muy descorazonadora como "los profesores viven como reyes y tienen muchas vacaciones" amén de la clásica "en clase no les enseñan nada, ya me dirás para que sirve saber hacer raíces cuadradas"...
Frases aparte, yo puedo decir que desde que era chaval ya veía errores en el sistema educativo, el fracaso escolar, la falta de material, sistema de becas, precariedad en los institutos, falta de motivación en el profesorado... lo más práctico era no quejarse y aprovecharse de los errores del sistema. Ahora soy un licenciado más en busca de seriedad profesional y prosperidad fuera del país. He sobrevivido a varias reformas educativas y he disfrutado de becas, y después de la licenciatura decidí no estudiar más. La titulitis se ha comido la experiencia laboral. Y ahora veo que quizás, con los recortes, la gente quiera cuidar la educación un poco más.
Ahora con exceso de licenciados y diplomados, solo haciendo un master y encareciendo las matriculas pueden regular una sociedad sobre titulada, olvidada la FP (módulos o grados) ahora todos a estudiar algo con futuro laboral, que en este país esta en el sector servicios.
Colegios ricos para niños ricos, y colegios mugrientos para pobres, estudios superiores para ricos, módulos para pobres, reajustando el mercado. Porque cuando un gobierno piensa en el sistema educativo solo ve a un numero de futuros votantes que en un futuro habrá que poner a trabajar, y que puedan cotizar y ser rentables para el pais, mientras ellos gobiernen. Después, bueno, después un amigo los coloca de asesor en una gran empresa y a jubilarse.


Ellos están totalmente incapacitados para gestionar el sistema educativo de un país, igual que el sanitario, pero eso otro día. Ellos dicen que la oposición dirige las protestas, pero cuando cambia el gobierno, se cargan todo lo que han proyectado los otros y luego se jactan de su patriotismo.
La educación no solo sirve para preparar a la gente para su inserción en el mundo laboral, je. La educación es fundamental para que las personas adquieran conocimientos que les sirvan para entender el mundo en el que vivimos y reducir el numero de padres tarugos o tener las herramientas necesarias para solucionar por nosotros mismos los problemas que se tienen en la vida, gobernar borregos es más fácil que gobernar a personas que piensen, pero también cuesta más dinero cuando el paro juvenil supera el 55% o gente de 50 años ya no va a volver a encontrar trabajo y deja de cotizar para poder comer.
Como dijo alguien: Si el estado no puede prometer bienestar, no sirve para nada.