11.4.14

Extrañamente estreñido.

Hola Recaderos:

Confieso que he reescrito el artículo. No importa, total, quien lo iba a notar...
Esta semana todos hemos crecido un poquito. Salen noticias históricas y primero aparece un comunicado oficial, pero no por los protagonistas, sino por los medios de comunicación. Luego el que tenía que hablar primero habló después, y viceversa. Yo crecí un poquito después cuando me di cuenta que El Jueves nació con la muerte de Franco y muere con la "abdicación" del Rey, yo pensaba que al rey se lo comían y ganaban las negras. Me enteré de la noticia como toca, en un bar añejo de pueblo con parroquianos con palillo en boca.
Todo el mundo se ha expresado de todas las maneras posibles, censurables, manipuladas o no, sobre los momentos históricos, pero siempre nos pillan de sorpresa, leyes orgánicas, partidos "socialistas" casi muertos, réplicas de la noticia en el extranjero. Y al final de la semana, fúbol, como debe ser, y sí, lo he escrito bien. El buen balonpié ya termino este año.
Yo estoy navegando por todo esto sobre un río que no se adonde me lleva, con dos remos, uno hecho de diseño, de un material que no entiendo, seguro, efectivo, pero frío y pesado. El otro remo es mi brazo. Sí, un poco descompensado, al fin y al cabo de entre el historial de mis defectos, el de no creerme capaz de algo cuando hace tiempo que no lo hago, esta entre mis terrores favoritos.
Termino un proceso y comienzo algo totalmente distinto, y entretanto, copas, miradas furtivas, cambios de temperatura y muchos cigarros. Habré crecido un poquito por este rápido del río que me ha traído hasta mitad de año pero ya os digo que no se si me gusta eso de ser mayor.
Hacerte mayor cuando te enteras que los reyes son el bi-partidismo, que la censura para algunos idiotas no es mala, que la productividad mata al talento, que al impaciente se le olvida la miel del presente, que los puñales están hechos para clavar por la espalda, y que contar la verdad es un tobogán por el que cuando te tiras ya no hay vuelta atrás.
Y es por esto que estoy extrañamente estreñido, a veces creo que escribo mejor cuando destilo mala leche mientras tiro humo por mi narizota y por eso este tono ácido como ver las banderas republicanas y luego cambiar de pestaña y ver una gran banderota del España que compite en un podrido Brasil de un podrido mundo. Pero hay que trabajar y chupar de la teta hasta que esta vaca no de más leche.
¿Mi anestésico? Colores, ron, canastas y besos imaginarios. ¡Ah! Y una tableta digital que estoy por descubrir, será que me hago estreñidamente mayor. Dicen que al crecer, y yo con 171 cm me quede ahí, ahí... bueno, digo que al crecer, dicen que perdemos unas cosas y ganamos otras. Desde luego estar estreñido cuando hay tantas cosas en las que cagarse, es una putada.
Mi tripita se acuerda de muchos y gruñe cuando otros escriben mierda, de la buena, de la que te apetece dispararles a la boca, pero sin acritud. Al fin y al cabo, las opiniones son como los culos, todos tenemos uno.
Pero hay que estar ahí ¿no? Aunque las redes sociales hayan matado el cuerpo de la noticia, aunque los videos hayan matado al locutor de la radio y aunque la economía haya matado al compañerismo.
Supongo que hoy he sido populista. Bueno, potemos; en el pasado.