7.5.15

La fuerza, la venganza y el frikismo.

Tony Starks tiene su torre reconstruida con pisos enteros para I+D y fantásticos juguetitos para su amigo Bruce Banner, yo tengo una habitación de 3x4 metros donde elimino mi própio I+D (Impagos y Deudas) A estas alturas ya sabréis que mi capacidad para mezclar el mundo real con el imaginario con humor es mi salvación, corren tiempos retrógrados, y cada vez más los cabeza cuadradas extreman sus convicciones, creyendo que sólo viviendo y haciendo lo que hacen ellos, hacen lo correcto y el resto, es estúpido. Nadie es perfecto ni esta libre de prejuicios, vivir es estar de eternas prácticas...
Allá ellos con sus lecciones y consejos, la lista de cosas que tengo que hacer, ver y disfrutar es demasiado larga como para pararme a sentirme mal o para enzarzarme en discusiones digitales, así como el desprecio al friki, al que piensa con pasión, al que sueña despierto, al que nutre al niño que tiene dentro, al que le gustaría tener una vecina Jedi, al que se lo pasa bien disfrazándose...
Mucha gente critica ahora los blockbusters de superhéroes, y no es menos cierto que los argumentos a veces no son tan buenos como en los cómics o son infantiles, pero, ¿saben? No todos pueden ser Orson Welles ni pretenden serlo (que por cierto cada vez que veo una pelicula suya, siento que me estoy perdiendo muchas cosas), y los que machacan estas películas luego se ponen a escribir algo y dan verdadera lástima, hay que ser consecuente con lo que se sabe y no aparentar lo que no se es. Es una de las bases del Diseño y debería serlo para la vida también. Es mejor para todos ser creador, que destructor, aunque es más fácil, desde luego.
Y no sólo con el cine de palomitas, también le han dado a Interestelar y a Birdman (que se supone un cine de otro nivel), osea que no es una cuestión de estilo, es una cuestión de pretensiones, muy pocos somos los que creamos a diferentes niveles y una gran mayoría que se aprovecha o se nutre de su crítica, cobardes incapaces de crear nada por miedo al fracaso.
El friki es el fracaso ensayado, es el perdedor con el que todos nos identificamos, el feliz que todo hombre de negocios querría ser antes de una reunión con los superjefes y entrar a ese despacho con la barriga por fuera haciendo el supermeneo. Puede que la masa consumidora esté atontada, pero si creas algo para ese público, debes hacerte querer, y eso empieza por uno mismo, porque sino, te vuelves gris y mezquino, y a la gente no le gustan los amargados.
Larga vida a los frikis optimistas y a los seguidores de la fantasía.