
Han pasado 25 años y he vuelto a eso mismo, y a pesar de creer que "nadie existe por un propósito", sí que pienso que antes de saberlo, ya había descubierto esa actividad que me entusiasma y que me hacía feliz.
Ahora después de muchas experiencias, de saber lo que es el trabajo, las asperezas de la vida y los atajos, después de una carrera y diez años de desarrollo personal, que es sólo el principio, me miro y sigo queriendo estar ahí, sentado, dibujando una historia que alguien leerá y reconocerá como mía, poniendo en mi boca, el pensamiento de mi ego.
Ahora empiezo a conocer las técnicas y las estrategias de esta técnica, he encontrado un sistema que me puede permitir vivir con crecer, y a pesar de todo, sigo siendo visto, y no me importa, como un niño.
De ahí que sienta una regresión, quizá tenga un componente nostálgico, o tenga el síndrome de Peter Pan, que siempre parece que esta en el aire, como si alguien estuviese diciéndote: ¡madura de una vez! a lo que apetece decirle: ¡no! ¡que me caigo del árbol!
Sea como sea, que conste este texto como reflexión a aquellos que se sienten niños, y que estamos mal vistos por la sociedad, como si todo lo que tuviera que ver con lo infantil, fuera peyorativo y carente de importancia, ahora que todos quieren ser jóvenes, y saltarse la infancia o la senectud, anhelando que una parte de nuestra vida se alargue o venga lo antes posible y tarde lo máximo en irse. Pues, lo siento pero eso es peor que ser infantil. ¡Hala, ya lo he dicho, cara de bicho!